Andrés Soliz Rada
Una Patria Grande es posible
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Julio 9, 2014

CONFLICTOS IDEOLÓGICOS EN EL MAS

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En el Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales,  pugnan dos corrientes ideológicas: Por una parte, se hallan los que hablan de antiimperialismo, industrialización, defensa de las nacionalizaciones, modernización de la educación, desarrollo tecnológico, revolución en la justicia y unidad de América Latina. Los de la corriente opuesta no hablan, pero actúan con eficacia.

Lograron, en los inicios del régimen, que se suscribiera, con la intervención de George Soros, el contrato de Mina “San Cristóbal”, en Potosí, base de una política minera que determina que las transnacionales del sector se lleven al año 3.000 millones de dólares y dejen para Bolivia 150 millones. Consiguieron que Bolivia envíe soldados a Haití y el Congo, bajo el mando de Washington, lo que continúa ocurriendo hasta el presente.

La histórica nacionalización de los hidrocarburos, del 01-05-06, quedará muy debilitada si en  la próxima visita de Evo a Ollanta Humala, Perú (alineado en la Alianza para el Pacífico) y Bolivia acuerdan exportar gas a mercados de ultramar, lo que sólo puede lograrse si las compañías controlan en el país la totalidad de las reservas, como pretendía el ex presidente Jorge Quiroga Ramírez.

La nueva versión del proyecto Pacific LNG es incompatible con la propuesta energética del Programa de Gobierno del MAS (2015-2020), de utilizar coordinadamente, al servicio del modelo endógeno, la energía de termoeléctricas e hidroeléctricas, además de energía eólica, geotérmica y atómica para fines pacíficos.

El MAS no podrá conciliar por mucho tiempo la defensa del interés nacional con préstamos de nuestra Reservas Internacionales Netas (RIN) a bancos de EEUU y Europa Occidental, a intereses del 0.2 y el 05 % anual. Esa corriente ha conseguido que Bolivia emita bonos soberanos, por alrededor de 1.000 millones de dólares, a favor de Bancos coludidos con los paraísos fiscales, los fondos buitres y los agentes nativos del capital financiero internacional. ¿La experiencia argentina no servirá de nada?

El vicepresidente Álvaro García Linera ha denunciado la ingerencia de IBIS (nombre de la ONG) Dinamarca, en la política interna del país. ¿Cómo explicar que ahora el MAS se ufane de haber recibido “sólo” 125 mil dólares de un partido político danés, cuyo nombre no se acordaba la vicepresidenta de la cámara de Senadores, Nélida Sifuentes, a tiempo de brindar la información? (“Página 7”, 29-05-14). ¿El MAS no debería ser el centinela del proceso de cambio, en lugar de recibir dinero del poder transnacional?

Evo no ha vuelto a mencionar, felizmente, la arbitraria inclusión de 36 naciones indígenas en la Nueva Constitución  boliviana. Álvaro, en cambio, todavía hace referencias nostálgicas al tema. Sin embargo, el MAS requiere de los pueblos indígenas, a fin de resistir, junto al resto del país, la avasallante incursión de los grandes soyeros, aliados a Monsanto, la Banca privada y sus socios locales para imponer el uso de transgénicos sin limite alguno.

La oposición política está fracturada  y agónica. Creyó que era posible derrotar al MAS para sólo después construir un proyecto alternativo. Por esta razón, la suerte del país depende del triunfo de una de las tendencias del MAS. La ceguera opositora le impide observar las pugnas en el oficialismo y lograr que ellas se definan en beneficio de un proyecto liberador.

Esa oposición sólo lamenta que en Bolivia no exista un Estado de Derecho, como si el Estado de Derecho fuera una entelequia y no una construcción dinámica, atravesada, en nuestro país, por los riesgos que sufrió la integridad nacional por la prédica separatista de la “Nación Camba” y la disgregación de Bolivia que buscaba Felipe Quispe.

Esos críticos hablan de “recuperar el Estado de Derecho”, como si este hubiera existido en tiempos es los que los hermanos Sánchez de Lozada ocupaban, simultáneamente, la Presidencia del país y la Contraloría General de la República. ¿Ese es el “Estado de Derecho que debemos recuperar?

Mayo 6, 2014

TAHURES, ILUSOS Y AHORRO INTERNO

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Imaginemos que una banda de avezados tahúres se apropia de manera sistemática de las riquezas y del producto del trabajo de una población.  Imaginemos que los afectados  logran retener parte de su riqueza, con la que podrían satisfacer premiosas necesidades.  Imaginemos, finalmente, que los gobernantes de la población, en lugar de paliar el hambre, la desocupación, el atraso tecnológico, la falta de salud y educación, entregan a los tahúres lo recuperado, a cambio de un interés ofensivo al sentido común.

Infelizmente, nada de lo imaginado está fuera de la realidad. Los tahúres son los gerentes de la Banca Mundial que utilizan los paraísos fiscales para manejar, en gran escala, el narcotráfico, el armamentismo y la prostitución. Y la población ingenua está en Bolivia que, desorientada por “expertos financieros”, acepta que sus ahorros se depositen en las cajas fuertes de los banqueros.

Nuestra historia es la historia de la succión de nuestros recursos y de las heroicas gestas por recuperarlos. Así lo demostraron escritores y políticos como Montenegro, Céspedes, Almaráz,  Zavaleta, Ortiz Mercado y Quiroga Santa Cruz. En cambio, los voceros del capital financiero no pueden mostrar a un solo país que se hubiera desarrollado enajenando su ahorro interno.

Fernanda Wanderley, en su libro: “Qué Pasó con el Proceso de Cambio”, recuerda que la asistencia gubernamental es muy conocida en el milagro asiático y que en América Latina las historias de éxito también están basadas en la participación estatal.

Advierte que en Brasil, por ejemplo, las industrias de acero, aeronaves y zapatos fueron creadas por las políticas de sustitución de importaciones con medidas proteccionistas. En Chile sucedió lo mismo en la constitución de las industrias de frutas, madera y salmón, al igual que en México (CIDES 2014, páginas 44 y 45).

Es verdad que en Bolivia no estamos partiendo de cero. La fundición de estaño de Vinto fue un logro del gobierno de Ovando. La planta separadora de líquidos de Rio Grande ya está en funcionamiento. A partir del segundo semestre del próximo año entraría en operaciones la planta separadora de líquidos del Gran Chaco. Avanza la instalación del complejo de urea y amoniaco en Bulo Bulo, así como de la planta de gas natural licuado de Santa Cruz.

Pero, evidentemente, hay mucho por hacer. El Estado podría, por ejemplo, comprar toda la producción aurífera a fin de incrementar nuestras reservas. El 6 de marzo de 2006, Evo suscribió el decreto que declara de prioridad nacional la construcción del Gasoducto Boliviano de Occidente (GABO), que debe vincular los mega campos de gas con Potosí (salar de Uyuni), Oruro y La Paz, facilitando el desarrollo industrial en estos departamentos.

El decreto fue incumplido y Alvaro García Linera promete nuevas industrias con el gas, pero, al mismo tiempo, sostiene que debemos exportarlo a ultramar.  Los líquidos de las plantas separadoras serán exportados si no se logra que capitales, nacionales y extranjeros, desarrollen proyectos petroquímicos. La vital siderurgia del Mutún ha sido borrada de la agenda oficial. Si tenemos capitales y el germoplasma de la amazonía ¿por qué no dar los primeros pasos de nuestra propia industria farmacéutica?

La fatídica experiencia de Karachipampa no debe hacernos olvidar que necesitamos fundiciones de zinc, plomo y plata. Los autos eléctricos, casi sin contaminación ambiental, han iniciado una de las revoluciones tecnológicas más importantes de la historia humana. ¿Cuándo fabricaremos baterías de  ion-Litio en el país? Las políticas de integración sudamericana permitirían trazar  objetivos aún más audaces. ¿No deberían ser estos los temas centrales de las campañas electorales que se avecinan?

Los 15.000 millones de dólares (MMDLS) de las Reservas Internacionales, 4.400 MMDLS de los Fondos de Jubilación (prestamos con apoyo de la COB) y los 60 MMDLS de los saldos de caja y bancos de ministerios, gobernaciones y alcaldías en manos de Bancos de Europa y EEUU merecen mejor destino.

Abril 22, 2014

La OTAN, Sudamérica y Bergoglio

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Pocas semanas después de que el Vicepresidente Álvaro García Linera formulara un llamado a Europa para que “vuelva a iluminar el destino del continente y del mundo” (“Página 7”, 13-04-14), la OTAN realizó ejercicios misilísticos atómicos en las islas Malvinas. En febrero de 2009, la Unión Europea informó que posee instalaciones militares en las islas argentinas. El alcance de los misiles abarca a toda Sudamérica y viola resoluciones de la ONU que exige convertir al Atlántico Sur en océano de paz y cooperación.
Las palabras de García se enmarcan en la decisión oficial de exportar gas a ultramar, a través de un puerto peruano, en una reedición de los proyectos de los ex presidentes Jorge Quiroga y Gonzalo Sánchez de Lozada, que culminaron con el derrocamiento de este último. En rigor de verdad, Bolivia carece de reservas para semejante emprendimiento. De lo que se trata es de permitir que las petroleras anoten en sus activos los futuros descubrimientos de gas que podrían producirse en el nuestro territorio. Sin embargo, en lo inmediato implicará su virtual abandono del MERCOSUR para sumarse a la Alianza del Pacífico, junto a México, Perú, Chile y Colombia.
Al mismo tiempo, Evo y la COB acordaron que 4.000 millones de dólares de los fondos de jubilación de los trabajadores sean prestados a Bancos de Europa y EEUU a intereses inferiores al 0.5 % anual. Lo anterior, llevó a Alejando Zegada a preguntarse si también la ex combativa COB se ha vuelto neoliberal (“El País”, Tarija, 21-04-14).
Desde el año pasado, Bolivia presta a la Banca mundial el 90 % de sus reservas monetarias, además de los abultados saldos en caja de presupuestos no ejecutados por municipios, gobernaciones y gobierno central. Esta última operación es ejecutada por el corrupto J.P. Morgan. En minería, el país exporta 3.000 millones de dólares año y recibe 150 millones de dólares en el mismo lapso
En otras latitudes, el abandono de políticas defensivas frente al poder mundial es muy grande.  Compañías de EEUU y Europa controlan casi totalmente el petróleo mexicano. Cómo cambiarían las cosas si PEMEX, PETROBRAS y PDVSA fueran la base de una sola empresa latinoamericana de gas y petróleo. La nueva ley de inversiones de Cuba considera que el capital transnacional ayudará a resolver sus problemas estructurales. ¿Qué opinaría el Ché Guevara de esa política? Argentina está estrangulada por su deuda externa.
El Presidente Chávez no pudo manejar ordenadamente la macro economía de Venezuela. El capital financiero aprovechó ese error para debilitar al máximo el intento liberador. El imperialismo está demostrando que puede estrangularnos no sólo con el control de nuestros recursos estratégicos: minería, petróleo, semillas y bosques, sino inclusive con el humo de los cigarrillos. El CIADI ha condenado al Uruguay, demandado por la Philip Morris, al pago de 2.000 millones de dólares por prohibir que las cajetillas de cigarrillos adviertan el daño que causa el tabaco a la salud humana. La miope burguesía paulista continúa vetando el surgimiento de un Banco que concentre las reservas monetarias de la región.
Frente a tanta desventura, habrá que señalar como hecho positivo el alineamiento del Papa Francisco a la causa latinoamericana. Ya en abril de 2.005, en prólogo al libro “Una apuesta por América Latina”, del uruguayo Guzmán Carriquiry, Jorge Bergolio escribió: “Ante todo se trata de recorrer las vías de la integración hacia la configuración de la Unión Sudamericana y la Patria Grande. Solos, separados, contamos muy poco y no iremos a ninguna parte. Sería callejón si salida que nos condenaría como segmentos marginales, empobrecidos y dependientes de los grandes poderes mundiales” (Marcelo Gullo: “Patria Grande”, abril 2014). Si juntamos los documentos de la CELAC, el ALBA, el MERCOSUR y la UNASUR, que reflejan los avances de la conciencia emancipadora en nuestros países, con las posiciones del Pontífice concluiremos que la causa bolivariana no está perdida.
Febrero 26, 2014

La nacionalización y el piloto automatico

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Casi todos los analistas afirman que los mayores ingresos del país por la venta gas se debe, exclusivamente, al aumento de precios a nivel mundial. De esta manera, la industria petrolera estaría conectada a una suerte de piloto automático, que tendría los mismos resultados con Gonzalo Sánchez de Lozada (GSL), Carlos Mesa Gisbert (CMG) o Evo Morales Ayma (EMA).

Según el gobierno, entre el 2006 y el 2013, los ingresos por la venta de gas alcanzaron a 22 mil millones de dólares (MMM), en tanto que las compañías obtuvieron 3.5 MMM, en el mismo lapso. ¿El resultado hubiera sido el mismo de mantenerse el DS 24806, de GSL, que transfirió a las petroleras la propiedad de los hidrocarburos en boca de pozo?

El 24806, del 04-08-97, fue dictado dos días antes de que GSL entregara la presidencia al general Bánzer. En apariencia, el DS sólo aprobaba un “modelo contrato”, pero su artículo 3º determinaba que las empresas eran dueñas de los hidrocarburos que afloraban a la superficie.

GSL dispuso que el DS no figure en la gaceta oficial, razón por la que sólo fue descubierto cuatro años más tarde. Demandada su inconstitucionalidad, el 05-12-03, los magistrados del gonismo: René Baldivieso, Elizabeth Iñiguez, Artemio Rojas y Martha Rojas determinaron su “constitucionalidad”.

En febrero de 2004, CMG abrogó el 24806, pero tal abrogación, al no ser retroactiva, no evitó que continúe aplicándose a los 78 contratos, firmados por 30 años. Bolivia, con sus reservas enajenadas, no podía oponerse legalmente a proyectos como el LNG de exportación de gas a California, que previamente sería utilizado por Chile.

Sobre el tema, Carlos Miranda (ex superintendente de hidrocarburos de GSL), dijo que se destruyó “un gran proyecto, que significaba salir de nuestra mediterraneidad, a partir del cual íbamos a tener al mundo como mercado del LNG” (“Página 7”, 06-12-13).

CMG, por su parte, mediante el DS 27238, de 04-XI-03, dispuso que el 50 % de las acciones de la capitalización, en poder de los bolivianos (el otro 50 % se había transferido al capital privado), sea dividido en 24 fracciones iguales, para ser subastadas. Dos de las 24 fracciones fueron enajenadas y tuvieron que ser recuperadas por el gobierno de Evo.

De proseguirse la enajenación de las acciones, el referéndum sobre el gas, convocado por el propio Mesa, carecía de contenido. Gracias al Decreto de Nacionalización, del 01-05-06, las acciones en poder de las AFP, fueron transferidas a YPFB. José Luís Roca, abogado del Ministerio de Hidrocarburos, tramitó exitosamente esa transferencia pese a la oposición de las AFP.

El régimen gonista determinó, además, que YPFB se convirtiera en “empresa residual”, prohibida de explorar, explotar o comercializar hidrocarburos. En los siete años de gobierno de Evo, YPFB – Corporación tiene a su cargo actividades de exploración, producción, comercialización, aviación, refinación, transporte e industrialización.

Es verdad que YPFB no es lo que podría ser. Aún no es una empresa corporativa como Petrobrás. Se incrementa la venta de gas al Brasil, con destino a Cuiabá, pese a que nuestras reservas certificadas sólo alcanzarán, según datos oficiales, para ocho años.

No tenemos una reserva estratégica para hacer funcionar las plantas de Bulo Bulo (amoníaco y urea) y de Gran Chaco (etileno – polietileno), para la siderurgia del Mutún o para industrializar el litio de Uyuni.

No existe información oportuna y transparente sobre los costos de producción y participaciones que benefician a las petroleras. La falta de aplicación de las auditorias influyó para que la nacionalización no pudiera ser profundizada.

Pero, a pesar de todo, la situación post Ley de Hidrocarburos 3058, de 17-05-05, y post nacionalización es radicalmente distinta a la que tendríamos hoy con una YPFB residual, con nuestras reservas enajenadas y con la venta total de las acciones de la capitalización al capital foráneo.

Febrero 14, 2014

Evo, entre Sánchez de Lozada, Marincovic y Felipe Quispe

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Desde que tenemos uso de razón, los bolivianos, en su inmensa mayoría, aceptamos, con pocas objeciones, que nuestro país es caótico, inmaduro, ingobernable y con escasa viabilidad. En tanto Alcides Arguedas atribuye lo anterior a razones biológicas y geográficas, sistematizadas en su “Pueblo Enfermo”, Carlos Montenegro, en su lúcido “Nacionalismo y Coloniaje”, encuentra las raíces del problema en la Asamblea Constituyente de 1825, de la que fue excluida alrededor del 98 % de la población indo mestiza, lo que provocó que los herederos del poder colonial se apropiaran del sacrificio de los guerrilleros y mártires de la independencia. Los usurpadores pretendieron encubrir el colonialismo interno importando la Constitución Política de EEUU y el Código Civil de Francia. Creían posible ocultar la continuidad de la servidumbre con el fino tul de la los derechos del hombre y del ciudadano, mientras mantenían la mita y el “pongueaje”, base económica de la rosca minero-latifundista.

Bolivia y la geopolítica

Bolivia no nació, como otros Estados de la región, alrededor de prósperos puertos, como Buenos Aires, Lima o Caracas, sino de la ceguera de contrabandistas y ganaderos bonaerense y de la permanencia hispana en el Perú, desde donde llegaron Goyeneche y otros implacables represores. La riqueza del Cerro de Potosí y la importancia de la Audiencia de Charcas no eran suficientes para fundar una nueva República en un territorio “flotante”. La casta dominante aprovechó el aislamiento geográfico para torcer la voluntad de Bolívar y fundar la República oligárquica y excluyente. Los excluidos ensayaron diversos caminos para democratizar el poder político y económico y dar viabilidad a un país inviable. Su fuerza nació de la rebelión indígena de Tupak Katari (1781), y del heroísmo de la guerra de los 15 años, en la que se destaca la radicalidad de la Revolución paceña de 1809 y la conducción mestiza de Pedro Domingo Murillo.

A ello se sumaron los continuos levantamientos indígenas, como el de Pablo Zárate Willca, los incesantes motines y cuartelazos militares, los trámites judiciales de quechuas y aymaras por recuperar sus tierras ancestrales e imaginativos recursos políticos de comunidades rurales que, no pocas veces, lograron la destitución de autoridades gubernamentales (sobre todo subprefectos), que no eran de su agrado (Rossana Barragán). La historia de Bolivia es la historia del enfrentamiento de esa rosca con quienes fueron forjando la idea de Patria, vinculada al concepto de heredad nacional, como parte de la unidad sudamericana (Diario del Tambor Vargas).

La geopolítica explicó después que las diferentes regiones del planeta tienen su “heartland” (corazón terrestre), es decir su área vital en torno a la cual giran las zonas periféricas. Observó que el triángulo Santa Cruz, Chuquisaca, Cochabamba era el “heartland” de Sudamérica (Mario Travasos), cuya ubicación permite a Bolivia tener presencia en los océanos Pacífico y Atlántico (en las cuencas del Amazonas y del Plata) y en la Cordillera de los Andes, lo que no ocurre con ningún otro país de la región. Sin embargo, el “heartland” que posibilitó a otras naciones influir en su entorno, en Bolivia, debido a su nacimiento defectuoso, fue ubicado como área de conquista por las oligarquías vecinas, las que, aliadas a transnacionales, redujeron a la mitad el territorio que Bolivia poseía en 1825. El ferrocarril no sirvió para vertebrar el territorio, sino para que Brasil y Argentina llegaran al “heartland” boliviano, en la década de los años 30 del Siglo pasado, en desenfrenada competencia. Lo mismo ocurrió con carreteras y gasoductos. Aún ahora se produce un escándalo internacional por el intento de construir un camino entre Beni y Cochabamba y no existe vinculación, por vía férrea, entre Cochabamba y Santa Cruz.

El cambio en la historia de Bolivia

La Revolución del 9 de abril de 1952, el acontecimiento más importante de la Historia de Bolivia, al dictar el voto universal puso fin a quienes, como Arguedas, equiparaban, como en la Constituyente de 1825, bestias con indios. La ruta para llegar al 52, unificó la rebeldía indígena con la lealtad bolivariana del Mariscal Andrés de Santa Cruz y la visión indo mestiza del general Manuel Isidoro Belzu, asesinado por Mariano Melgarejo, el beodo general que servía los intereses latifundistas. El dominio minero terrateniente facilitó la pérdida del litoral, de la mitad de la amazonía y de parte del Chaco.

Fue esta última contienda, promovida por consorcios petroleros, la que posibilitó que bolivianos de diversas latitudes se conozcan en las trincheras de combate. El repudio al Estado minero latifundista, acrecentado por la derrota del Chaco, se incrustó también en parte de las FFAA, de donde emergió el denominado “socialismo militar”, cuyas señeras figuras, Toro, Busch y Villarroel, nacionalizaran el petróleo, controlaron las divisas procedentes de la exportación minera y convocaron al primer congreso indigenal, respectivamente. Esta acumulación de victorias se amplió, después del colgamiento de Villarroel, con la guerra civil de 1949 y el triunfo del MNR en las elecciones de 1951, pese al voto calificado, que excluía a indígenas y mujeres. La nacionalización de las minas, la reforma agraria y la vinculación del oriente con el occidente del país, gracias a la carretera Cochabamba – Santa Cruz, pusieron fin al poder oligárquico.

La inconsecuencia del MNR con la Revolución nacional, al no instalar hornos de fundición de estaño, y manejar de manera anárquica y corrupta la minería nacionalizada, hizo que la conducción de la política minera pasara al Banco Interamericano, EEUU y Alemania Federal (Plan Triangular), la que fue profundizada con la desnacionalización del gas y del petróleo y con masacres mineras durante el régimen de Barrientos.

Otra vez nación o antinación

La profundidad de la Revolución nacional alcanzó a las FFAA, las que, bajo la conducción de los generales Ovando y Torres, instalaron los hornos de fundición de estaño y nacionalizaron a la Gulf. La contrarrevolución banzerista, propiciada por la oligarquía terrateniente del oriente boliviano y el respaldo de Washington y de las dictaduras de Argentina y Brasil, desembocó en el siniestro régimen de Luís García Mesa. Su derrocamiento abrió el proceso de democracia restringida, con el apoyo de la social democracia europea, el que transitó del reformismo contradictorio de Hernán Siles Zuazo a las políticas neoliberales de Gonzalo Sánchez de Lozada, tuteladas por sus socios transnacionales mineros y petroleros. El esfuerzo de CONDEPA por contener el entreguismo con el apoyo del cholaje indo mestizo también fue derrotado

La descomposición de los regímenes neoliberales abrió el país hacia tres soluciones posibles: El triunfo del proyecto separatista de la “Nación Camba”, cuya figura más conocida es el banquero y agroindustrial Branco Marincovic, que llegó a tomar con sus paramilitares decenas de instituciones estatales en Santa Cruz y exigir que el oriente boliviano sea declarado “protectorado” de las NNUU. La segunda solución emergió del indigenismo racista, con su siniestra justicia comunitaria, plagada de linchamientos, encabezado por Felipe Quispe, quien manifestó, una y otra vez: “Nunca vamos a ser bolivianos” (“Pukara”, marzo de 2010). El tercer camino consistía en retomar el camino de la Revolución nacional y el proceso Ovando-Torres, con su planteamiento central: La alianza de las clases oprimidas por el imperialismo.

Entre la Revolución del 52 y el triunfo electoral de Evo y del MAS, en diciembre de 2005, se produjo la independencia política del sindicalismo campesino de la tutela castrense y la emergencia de corrientes indigenistas, varias de ellas manipuladas por ONGs, a fin de atomizar al país en 36 inventadas naciones.

La emergencia del evismo

El mérito del actual presidente consiste en haber desmantelado las estructuras culturales del colonialismo interno que impedían que las mayorías indo mestizas accedieran a los mandos castrenses, al rectorado de las universidades e inclusive a cúpulas empresariales. En ese contexto, Morales derrotó a los separatistas con el apoyo de los ultra indigenistas, a los que abandonó para retomar el camino del capitalismo de Estado, sobre todo a partir de su segunda elección, en el 2009. Evo preside hoy en día la construcción de la Bolivia posible. Es el articulador de un proyecto futuro, ante la imposibilidad de hallar acuerdos sólo con el rescate del pasado. Ahora aparecen las culturas ancestrales con insumo indispensable que englobe a todos los bolivianos.

Para consolidar su poder, el mandatario utiliza un pragmatismo que desconcierta a sus críticos y aún a sus seguidores. De esta manera, recibe elogios de Fidel Castro, de la Banca y del FMI y se nutre del apoyo de los cultivadores de coca y de los influyentes grupos empresariales del oriente, a los que atiende en sus demandas, así tenga que abandonar su prédica ecologista y sus postulados comunitarios.

No es hora de hacer concesiones

Bolivia no se mueve evolutivamente. Lo hace a través de tsunamis sociales, como el 52, la emergencia de CONDEPA y del evismo. Después de cada conmoción las instituciones se desmoronan o se vacían de contenido. Al parecer, el país ha ingresado a un período de reordenamiento, en el que, por fin, derrotados el separatismo y el indigenismo a ultranza, gracias, sobre todo, al censo del 2012, que demostró que Bolivia es un país de mayoría indo mestiza, encara su futuro con mejoras perspectivas. Es destacable la firmeza con que Evo logró que Bolivia cumpla un papel relevante en el ALBA, la UNASUR y la CELAC, lo que era impensable para sus predecesores.

Sin embargo, no es momento de hacer concesiones, sino de afirmar el espíritu crítico, a fin de fortalecer la viabilidad del país. Es el momento de decir a Evo que se reconoce sus virtudes, pero que preferiríamos que cumpliera su palabra de no intentar una nueva reelección. Que no persista en su política de prestar a Bancos europeos y de EEUU la casi totalidad de las reservas monetarias internacionales a intereses ridículos, a lo que debe sumarse los préstamos al exterior de los abultados saldos en caja de municipios, gobernaciones y el gobierno central, con la intermediación del corrupto J. P. Morgan. Que no se use la justicia contra los opositores. Que no se interfiera en las decisiones del Tribunal Electoral. Que no se entrabe el juzgamiento a violadores de derechos humanos en cuarteles, recintos policiales o marchas indígenas. Que no se demore el juzgamiento de delitos contra el Estado, como la estafa en la compra de barcazas en China. Que no se mantenga la irracionalidad de incrementar las exportaciones de gas sin antes construir vitales gasoductos internos para industrializar el hierro del Mutún y el litio de Uyuni. Que retire a las tropas bolivianas de Haití y el Congo, desplegadas por orden de EEUU.

Debe imponerse la racionalización en adquisiciones como la de un satélite de comunicaciones, que cuesta 320 millones de dólares, y que será inservible en apenas 15 años, o el impulso a actividades euro colonialistas como la competencia del Dakar. Pero tampoco es el momento de hacer concesiones a los partidos de oposición, los que se niegan a reconocer avances evidentes (pese a irregularidades en contrataciones directas) en la construcción de carreteras y aeropuertos, en la instalación de plantas separadoras de líquidos, en el inicio de la petroquímica Bulo Bulo, en haber sacado a YPFB de su condición residual o en la correcta posición de Bolivia dentro del ALBA, UNASUR y la CELAC.

El Frente Amplio de Samuel Doria Medina no acaba de diferenciarse de sus aliados del Gonismo. El Movimiento Sin Miedo de Juan del Granado, alineado a la social democracia europea, aún defiende la vigencia de 36 naciones indígenas, cuyo planteamiento ha caído en total descreimiento. El Movimiento Demócrata de Rubén Costas mantiene en sus filas a connotados impulsores de la Nación camba. En consecuencia, ha llegado el momento de fortalecer la reconquistada viabilidad de Bolivia y de aislar, ya sea dentro del oficialismo o la oposición, a quienes se empeñan en mantener posiciones antinacionales.

Agosto 6, 2013

Censo 2012: Derrota histórica de los disgregadores de Bolivia

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El repliege de la auto adscripción indígena

Bolivia, en sus 188 años de ruptura con el coloniaje hispano, ha transitado, con preocupante frecuencia, al borde de la disgregación interna o el reparto de su territorio por oligarquías vecinas. El hecho de estar reducida a un millón de kilómetros cuadrados, pese a haber nacido con el doble de esa extensión, muestra las dimensiones de su tragedia. La pretensión peruana de hacer desaparecer a Bolivia, sólo fue contenida por la Batalla de Ingavi, en 1841. La Guerra del Pacífico redujo al país a servidumbre de paso de la avidez chilena, alimentada por los ingleses. En Brasil, la burguesía de San Pablo considera que el gas de Tarija le pertenece. Augusto Céspedes, en el “Dictador Suicida”, recuerda que, a principios del Siglo XX, durante el gobierno de Ismael Montes, prominentes liberales aceptaron que Bolivia dejara de tener una personalidad independiente. Durante la Guerra del Chaco, el servicio de inteligencia paraguayo trabajó intensamente por la creación de la República Oriental de Santa Cruz. En 1959, la Revista norteamericana “Time” estimó que era el momento de “dividir a Bolivia y sus problemas”. En 1971, las dictaduras militares de Argentina y Brasil se propusieron ocupar Bolivia si continuaba el gobierno del general Juan José Torres. En 2008, la “Nación Camba” tramitó en EEUU y Europa un protectorado sobre parte del país, a fin de facilitar sus planes separatistas.

Los intentos divisionistas y disgregadores se apoyaron en la débil conciencia nacional, cuya génesis se halla en la Asamblea Constituyente de 1825, la que engendró un país racista, en el que indígenas y mestizos carecían de representación política. La inter subjetividad boliviana atravesó una vía crucis para estructurarse. El cholaje encontró en el gobierno de Belzu (1848), el resquicio para intervenir en los destinos nacionales. Las mayorías indígenas y campesinas combinaron heroicas insurrecciones con trámites judiciales incesantes que demandaron la devolución de sus tierras de comunidad. Mientras Alcides Arguedas planteaba el exterminio de aborígenes, mediante bocaditos envenenados, entre quechuas y aymaras se predicaba la necesidad de expulsar a blancoides y mestizos Sólo la Guerra del Chaco (1932-1935) y la Revolución Nacional de 1952, abrieron rumbos unitarios a un país que parecía condenado a desaparecer.

EL HISTORICO CENSO DE 2012

Hasta el censo de 2012, no se tenía un referente claro para consolidar la unidad nacional. El censo demostró que Bolivia, pluricultural y multilingüe, es una unidad integrada por diversidades, ya que el 60 % de su población se siente mestiza. Tal sentimiento se expresó por la vía de afirmar que no pertenece a ningún grupo indígena. El resultado causó desconcierto entre los “pachamámicos”, empeñados ahora en demeritar la encuesta. Es evidente que el censo de 2012, tuvo falencias organizativas, que no perjudicaron a los indigenistas.

Lo insólito ocurrió cuando el ultra indigenismo afirmó que el censo de 2012, no hacía sido “científico”. (Raúl Prada Alcoreza, Bolpress, 08-08-13), calificativo que no se utilizó para criticar al censo de 2001, por la sencilla razón de que el del 2001, determinó que el 62 % de la población boliviana se reconoció como indígena. Este reconocimiento permitió a las ONG de Europa y EEUU imponer la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE) de 2009, que prácticamente reemplazó a la República por un Estado Plurinacional de 36 naciones indígenas, desconoció a la nacionalidad boliviana y determinó que ser mestizo era lo mismo que ser “ninguno”, es decir nadie.

EL REPLIEGUE DE LA AUTO ADSCRIPCION INDIGENA

En años precedentes, las discusiones en torno a saber quien es indígena y quien no lo es entraron en un callejón sin salida, cuando se advirtió que los parámetros relativos a color de piel, lugar de residencia, idioma, cosmovisiones o costumbres eran insuficientes, contradictorios y sujetos a evaluaciones subjetivas. El antropólogo noruego Frederick Barth, al sostener que “la identidad es lo que uno es y los otros creen que uno es”, llegó a la conclusión de que el indígena es la persona que se siente indígena (esta es la esencia de la auto adscripción), sin olvidar que las identidades son, al mismo tiempo, múltiples, mudables, transformables en el tiempo y en constante proceso de construcción. Por tanto, si en el censo de 2001, el 62 % de la población se declaró indígena era lícito remover los cimientos institucionales del país y poner las bases de un Estado Plurinacional.

Con este fundamento, la NCPE reconoció a 36 naciones indígenas, dotadas de territorios ancestrales (imposibles de delimitar), propietarias de los recursos naturales renovables, con derecho a consulta sobre los no renovables y protegidas por sus justicias comunitarias.

Fueron pocos los partidarios del indigenismo a ultranza que reconocieron las dimensiones del “tsunami” del 2012. El jesuita Xavier Albó, autor de una treinta de libros de antropología, demostró honestidad al admitir que el censo de 2012 implicó un retroceso del Estado Plurinacional. Por su parte, Eulogio Nuñez de la ONG CIPCA (fundada por Albó) anotó que la auto adscripción indígena enfrentaba un cambio radical. Pedro Portugal, director del Periódico “Pucara”, que refleja las inquietudes del mundo aymara, anotó que había llegado el momento de pensar más en lo que une a los bolivianos, que en lo que los separa.

¿Y LA AUTO ADSCRIPCION INDO MESTIZA?

Del 60 % de la población que se declaró mestiza (o no indígena), el 40 % restante se dividió entre el 35 % que se declaró quechua o aymara (en ese orden numérico), y el 5 % restante que afirmó ser indígena. El haber cambiado los cimientos de Bolivia tomando en cuenta sólo a ese 5 % demuestra la magnitud de la arbitrariedad sufrida. Cabe tener en cuenta que el censo 2012 se basó en el referendo que aprobó la NCPE con un contundente 64 %. Este resultado confundió a los “pachamámicos” y les hizo creer que la identificación del país con el indigenismo sería permanente. Lo anecdótico del tema, sino fuera también aberrante, es que AGL comentó que el censo de 2012, había demostrado que Bolivia es cada vez más indígena, lo que promueve dudas de su coherencia para leer la realidad.

La NCPE, pese a reconocer, en su Capítulo 3, parágrafo 1, que el derecho a la auto adscripción alcanza a todos los habitantes, se impidió que los mestizos ejercitaran este derecho, por lo cual afirmaron su mestizaje por la vía de negar ser indígenas. El humus de la bolivianidad recogido por el censo de 2012, no cambiará por la realización de nuevos censos, ya que la migración creciente a las ciudades, donde el uso del castellano crece día a día, hace que nos encontremos frente a una realidad irreversible. En esa dirección, otro ideólogo aymara, Fernando Untoja, advierte que aymaras y quechuas se han dado a la tarea de conquistar el mercado interno a lo largo del país, muchos de los cuales han desarrollado contactos con proveedores chinos, lo que suma otro dato al avance indo mestizo.

EL CONVENIO 169 NO PROVIENE DEL ESPIRITU SANTO

Los “pachamámicos” se sintieron invencibles al aducir que la auto adscripción indígena no era una cuestión de censos, sino que forma parte de la esencia de la lucha anticolonial, reconocida por el Convenio 169 de la OIT, de 1989. Según este razonamiento, el 169 había llegado directamente de la estratosfera y no estaba contaminado con sucesos terrestres. Es obvio que semejante pretensión es insostenible. El 169, fue diseñado por los centros de poder mundial para consolidar su dominio después del derrumbe del muro de Berlín y de la desaparición del bloque de países controlados por la URSS. Fue en ese momento que el capital financiero, impuso, junto al 169, el Consenso de Washington y el neoliberalismo a ultranza, para luego determinar que las ONG formaran parte de las estructuras del Banco Mundial. El 169 tiene entre sus objetivos impedir que los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) terminen de romper su dependencia del poder financiero internacional y que otros países en vías de desarrollo sigan su ejemplo.

El sostener este punto de vista no significa ignorar la situación de marginalidad y opresión que sufrieron y sufren pueblos originarios en diferentes lugares del mundo. Quiere decir, en cambio, que estas aberraciones, junto al dramático tema del deterioro medio ambiental, deben ser enfrentadas por los Estados Nacionales, juntamente con las comunidades indígenas, cuyos puntos de vista deben pasar a formar parte de las decisiones del país en su conjunto. De esta manera, la suerte del planeta y de los pueblos originarios, en lugar de depender de las ONGs, financiadas por las transnacionales, la Banca Internacional y sus paraísos fiscales, pasará a la agenda que cada país debe elaborará en forma autónoma y soberana, sin dejar de recabar las opiniones de todas las organizaciones, corporaciones, comunidades y expertos de la sociedad civil.

Lo cierto es que la única posibilidad de vencer al poder omnímodo de la Banca Internacional, el principal enemigo de la humanidad, es a través de la creciente influencia de los países emergentes que, de manera cada vez más exitosa, cuestionan la dictadura de los banqueros. De los nuevos bloques de países emergentes debería surgir las bases de una nueva era civilizatoria, basada en la solidaridad, en la reciprocidad y en el cese de la explotación de las naciones oprimidas por naciones opresoras. Este es el camino real del socialismo del Siglo XXI. Infelizmente, los indigenistas a ultranza han demostrado incapacidad o complicidad para ubicar a los mayores responsables del deterioro ecológico, lo que también les impidió entender el antagonismo entre los países opresores y los oprimidos.

EVO, ALVARO Y LO INDOMESTIZO

La personalidad (siempre en evolución) de cada país es una síntesis de sus mestizajes interiores. Esa síntesis muestra la esencia de lo “ecuatoriano”, “colombiano”, “brasileño”, “argentino”, “chileno” o “boliviano” Y pese a que todos los latinoamericanos tenemos un fuerte común denominador basado en el idioma, las creencias religiosas, la historia y los anhelos compartidos, cada una de estas personalidades acaba por tener un sello propio y diferenciador. En Bolivia, esa síntesis se halla en nuestra identidad indo mestiza, la que, a diferencia de otras formaciones sociales de la región, tiene como especificidad el peso de la tradición quechua, aymara, de guaraníes y chiquitanos, principalmente. Es con el peso de esta identidad que Bolivia aspira a participar en la construcción de la Patria Grande.

Esta construcción de lo indo mestizo ¿fue impulsada o frenada por Evo Morales Aima y Álvaro García Linera? Ambos jugaron un papel contradictorio, ya que, en 2008, supieron derrotar los intentos separatistas de la “nación camba” y, a partir de 2009, frenaron la arremetida del indigenismo y de las ONGs, que habían logrado introducir en la NCPE el concepto errado de las 36 naciones, que pretendía construir un nuevo país sobre diversidades étnicas, lo que carece de sentido. Pese a estos aciertos, no comprendieron el alcance de lo indo mestizo, razón por la que se opusieron con uñas y dientes a que la opción mestizo sea incluida en el censo de 2012.

Evo advirtió que el negar el mestizaje le resulta útil para exportar su imagen de presidente de un país supuestamente indígena, a quien se ataca por estar gobernado por un indígena. Desde esa condición difundió loables propuestas ecologistas que no condicen con sus políticas internas, muchas de ellas condicionadas por transnacionales mineras y petroleras. AGL, por su parte, se aferra a la imagen de Evo para no tener que explicar muchas veces incoherentes.

¿DE CUAL INDIGENISMO ESTAMOS HABLANDO?

Recordemos que Evo, al conocer la debacle del pluri nacionalismo, sólo atinó a decir que “el país había entrado a una etapa de desclasamiento y de mentalidad colonizadora”, en tanto Álvaro demeritó lo mestizo al señalar que se trataba de una categoría colonial. Fue Raúl Prada Alcoreza (RPA) el encargado de recordarle que también los términos blanco o indio eran conceptos coloniales, acuñados con fines tributarios. Seguidamente, RPA censuró la “soberbia desmedida” de AGL y su alarmante “ingenuidad política”, lo que le impedía advertir que continuaba atrapado por “categorías nacionalistas”, que creía refutar. Este es un ejemplo de la falta de coherencia entre personas que coinciden en negar al mestizaje su capacidad articuladora de la sociedad boliviana.

Lo cierto es que no es fácil confrontar ideas con el indigenismo, ya que esta corriente está plagada de contradicciones. Así, por ejemplo, el ideólogo aymara, Felipe Quispe Huanta, postula en libro que acaba de publicar la necesidad de “cortar los suministros de agua y electricidad, quemar a la ciudad (de La Paz), por una parte, y, por otra, asaltar al Palacio de Gobierno, los cuarteles, las casas de los ricos, para rebelarnos, una vez más, contra los q’aras ministros y otros de la zona Sur”

(Tomás Molina Céspedes, “El Diario”, 10-08-13). Esta posición no coincide con la de otros indigenistas y kataristas (como el ex Vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas) que creen en la convivencia del indigenismo y el nacionalismo, las que forman parte de la construcción indo mestiza que proponemos.

Julio 4, 2013

Del dogma del libre cambio y la herejía del proteccionismo

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La declinación de EE.UU. y el triunfo del mercado

La base conceptual del último libro de Marcelo Gullo: “Insubordinación y Desarrollo. Las Claves del Éxito y el Fracaso de las Naciones” (Editorial Biblos. Buenos Aires, 2012) aparenta ser una herejía y una provocación, al sostener que los principales países capitalistas (y más aún los del denominado “socialismo real”), lograron su desarrollo gracias al proteccionismo estatal y al rechazo radical del librecambio, proclamado por Adam Smith, sus precursores y discípulos. Sin embargo, la supuesta herejía o provocación se disipan cuando el autor blinda su trabajo con tal cantidad de datos históricos, asentados en la terca realidad, que se torna invulnerable a críticas y descalificaciones.

Una aparente paradoja emerge al señalar que la cuna de Adam Smith (1723-1790), sea justamente la fuente de mayor impulso al proteccionismo, ya que el poderío de su país tiene su mayor impulso en la Ley de Navegación Inglesa de 1615, por la cual la Corona británica determinó que todas las importaciones a su territorio sean hechas en barcos ingleses y al mando de marinos ingleses, en tanto que tres cuartas partes de la tripulación debía tener la misma nacionalidad. Tal política impulsó la construcción naval al extremo de convertirla en la primera del mundo.

Gullo, alineado en las enseñanzas de Federico List, explica que los países que lograron su desarrollo industrial gracias al proteccionismo, se vuelven defensores implacables del libre cambio, justamente para impedir el surgimiento de potencias rivales. Esta meta es alcanzada mediante la imposición de una sistemática política de subordinación ideológica cultural que permitió que Inglaterra, una nación de relativamente escaso tamaño y población, sometiera a su dominio colonial y semi colonial a más de 400 millones de personas en el mundo. Tal subordinación abrió más mercados externos que todos sus cañones.

El proteccionismo inglés comienza en la era posfeudal (siglos XIII y XIV), cuando logra cohesionar su mercado interno. Lo anterior fue facilitado por la prohibición lisa y llana de importar tejidos de lana, especialmente flamencos, con los que los productores ingleses no podían competir En 1467, se prohibió las exportaciones de hilo y paño sin valor agregado. En 1565, prohibió exportar ovejas vivas. La desobediencia a esta prohibición se penaba con la amputación de la mano izquierda y con la muerte en caso de reincidencia. Como aditamento a los datos de Gullo, vale la pena recordar que los ingleses son los pioneros en la guerra a favor de las drogas, ya que, invocando el libre comercio, invadieron China en 1839 y 1856, a fin de obligarla a comprar opio. Es curioso advertir que Carlos Marx, no se detiene en este acontecimiento.

PORTUGAL, ESPAÑA Y FRANCIA

“Insubordinación y Desarrollo” recuerda que el primer fruto del impulso estatal fue generado, a partir de 1415, por la Corona portuguesa, la que, mediante créditos y exenciones impositivas, fomentó la navegación en el Atlántico, a fin de evadir el dominio territorial de los musulmanes en la península ibérica. El apoyo estatal fue de tal magnitud que llegó a realizar cesiones gratuitas de madera y víveres para la construcción y armado de buques, así como para la investigación científica. Fruto de esa investigación fue la invención de la carabela, que permitió reemplazar a las pesadas galeras a remo, útiles para el Mediterráneo, por embarcaciones ligeras de fácil desplazamiento en el Océano. El ascenso portugués fue cortado por Inglaterra mediante el tratado de Methuen (1713), por el que se compromete a comprar vinos de Portugal a cambio de venderle todos sus productos manufacturados. En consecuencia, los portugueses cometieron el monumental error de someterse al libre cambio impuesto por el Reino Unido.

No todos advierten que la importancia del matrimonio entre Isabel la Católica y Fernando de Aragón, en 1469, estructuró la unidad entre Madrid y Cataluña, amenazada, inclusive hoy, por fuertes tendencias separatistas. El impulso estatal de los reyes católicos estableció la unidad de pesas y medidas, la construcción de carreteras y el fomento a la industria manufacturera. Los artesanos y obreros que se instalaron en España fueron exonerados de impuestos por diez años. El proteccionismo permitió el florecimiento de las curtiembres de Córdoba, de las papelerías de Jaen, de las manufacturas de lino y de seda de Toledo, así como las de paños de Zaragoza. Sólo aquí surgieron más de 16.000 telares.

La prosperidad hispana fue acompañada por el edicto de 1500, precursor del Acta de Navegación inglés de 1615. La debacle española llegó de la mano de Carlos Primero, de la casa de Austria, que desmanteló la política económica de los reyes católicos, mediante el librecambismo más desenfrenado. Las riquezas procedes de América no cambiaron esta situación, ya que, según dice Manuel Colmeiro (1965) “gozábamos de los tesoros de las flotas y galeones por tan poco tiempo, que humedecían nuestro suelo sin regarlo”.

Gullo destaca el entusiasmo que generó en Inglaterra las medidas librecambistas de la Revolución francesa de 1789, uno de cuyas figuras, Camilo Desmoulines, decía el 4 de agosto de ese año: “Esta noche han caído todos los privilegios. Se ha concedido la libertad de comercio. La industria es libre”. El Ministro de Hacienda del Reino Unido, William Pitt, miró complacido la obra de una Revolución que alcanzó su máximo esplendor en lo política, pero que había perdido el rumbo económico, al someterse al evangelio de Adam Smith. Londres conquistaba París al compás de la Marsellesa.

La simpatía de los británicos se tornó en odio implacable a Napoleón Bonaparte, quien defendió el desarrollo industrial impulsado por Jean-Baptiste Colbert, Ministro de Hacienda de Luís XIV. La conspiración anglo sajona contra Francia tuvo otra expresión, cuando París fue excluida de la Conferencia de Yalta, de febrero de 1945, en las que la URSS, Inglaterra y EEUU se dividieron al planeta en áreas de influencia. Correspondió a Charles de Gaulle lograr que Francia se torne en potencia tecnológica y mantenga parte de su presencia colonialista.

ESTADOS UNIDOS Y CANADA

De acuerdo con el economista malayo, Kwame S. Jomo, Gullo considera que la creación de EEUU es la primera guerra moderna de liberación del imperialismo británico, la que sólo pudo culminar después de la sangrienta guerra de secesión, en 1863, en la que se enfrentaron el norte industrial contra el sur esclavista, respaldado por los ingleses. Destaca, así mismo, el coraje del primer secretario del Tesoro de EEUU, Alexander Hamilton, quien, para impulsar la industrialización de su país, enfrentó los dogmas librecambiastas de Adam Smith y la oposición de renombradas figuras políticas, como Thomas Jefferson. Hace notar que los librecambistas sólo destacan la lucha antiesclavista de Abraham Lincoln, sobre el cual dice lo siguiente: “Para Lincoln , la abolición de la esclavitud era un tema negociable. Lo único que no estaba dispuesto a negociar era el establecimiento de un estricto sistema proteccionista que amparase a la joven e ineficiente industria norteamericana de la competencia de la eficiente industria inglesa”. Refuerza este punto de vista con estas palabras del propio Lincoln: “Mi objetivo supremo es salvar la Unión y no salvar o destruir la esclavitud”.

Si EEUU tuvo que recurrir a duras contingencias armadas para liberarse de la tutela inglesa, Canadá logró similar objetivo en forma pacífica, gracias a que su Partido Conservador se impuso, en momentos claves de su historia, al Partido Liberal que defendía el libre cambio, alentado por Londres y Washington. Los conservadores sostuvieron que para su país era de vida o muerte vertebrar y desarrollar sus vías de comunicación entre los océanos que la rodean y no de sur a norte como pretendían los liberales. Lo anterior fue conseguido con el fomento de la industrialización, a través del proteccionismo y la construcción de una red ferroviaria mediante el impulso estatal, aunque este camino hubiera sido, en principio, no rentable.

LAS VARIABLES GEOPOLITICAS

Correspondió al historiador cordobés, Roberto Ferrero, rescatar los alcances de la geopolítica dentro de la concepción nacional latinoamericana. Dice Ferrero: “Despojada de sus excrecencias militaristas, súper deterministas y anticientíficas, la geopolítica es indispensable para enriquecer y afinar cualquier análisis social y político de la arena internacional (el imperialismo, la diplomacia, la guerra…) o de la dialéctica de grandes unidades territoriales dentro de un conjunto nacional (el Interior versus Buenos Aires, por ejemplo, o el Oriente boliviano versus el Altiplano histórico), porque brinda el marco y los condicionamientos de la acción social y estatal y fija sus límites (“Geopolítica, Marxismo e Izquierda Nacional. www.izquierdanacional.org, 08-02-13).

Gullo aplica con precisión estos conceptos al observar como los planes de dominio de las potencias triunfantes en la Segunda Mundial fueron modificados ante el implacable enfrentamiento, a través de la guerra fría, entre EEUU y la URSS. Henry Morgenthau, Secretario del Tesoro durante el gobierno de Franklin Delano Roosevelt, fue el exponente de la corriente de opinión en su país que consideraba que la única forma de prevenir contiendas futuras residía en eliminar la potencialidad bélica germana, así como su capacidad industrial, razón por la que había que reducir al país europeo a una nación agraria y pastoril. Sin embargo, la división de Alemania en dos bloques obligó a cambiar ese proyecto y, hoy en día, encontramos a Angela Merkel sometiendo a sus dictados a buena parte de los países de Europa occidental.

Algo parecido sucedió con Japón, debido a que hubo la necesidad de aceptar su renacimiento industrial a fin de contener el ímpetu de la Revolución china. Estos antecedentes sirven a “Insubordinación y Desarrollo” para detenerse en el admirable despegue de Corea del Sur, que de contar con 600.000 obreros calificados, en 1963, pasó a tener tres millones, veinte años más tarde, la mitad de los cuales eran obreros calificados. De exportador de pescado y cabellos humanos para hacer pelucas, es ahora el domicilio de poderosas transnacionales como Samsung, Hyundai y Daewoo.

Lo paradójico del caso reside en que los tecnócratas del FMI y del Banco Mundial atribuyen el milagro coreano a las políticas de libre comercio, cuando sucedió exactamente lo contrario. Esta la síntesis de las políticas del gobierno de Seúl: Férrea intervención estatal que dirigió el proceso de industrialización, aranceles proteccionistas y subvenciones para enfrentar a la competencia extranjera, sustitución de importaciones, control del Estado sobre el sector Bancario, planificación económica a través de planes quinquenales, control de cambios y de los movimientos de capitales, fijación estatal de precios máximos para una amplia gama de productos, riguroso control de la inversión extranjera, copia de productos fabricados y patentados por otros países.

LA DECLINACION DE EEUU Y EL TRIUNFO DEL MERCADO

La historia de EEUU se caracteriza por la armonía existente entre sus intereses estatales y los de su burguesía industrial. “Insubordinación y Desarrollo” hace notar que esa armonía se quebró, de manera progresiva, cuando Ronald Reagan optó por impulsar la alta tecnología, en desmedro de su aparato industrial. De esta manera, subió los peldaños de una escalera, sin advertir la rotura de aquellos que lo conectaban con el suelo. Optó por la preeminencia del capital financiero y especulativo, en perjuicio del capital industrial. Se embelesó con la robótica, la electrónica, la fibra óptica, la tomografía computarizada, el láser y la nanotecnología y no supo evitar el traslado de fábricas de automóviles y electrodomésticos al Asia, especialmente a China, Japón y Corea del Sur, desde donde se comenzaron a producir estos productos para el mercado estadounidense. Millones de desocupados norteamericanos habían obtenido créditos para vivienda, pero carecían de ingresos para honrarlos. Así se generaron burbujas financieras que están asfixiando al sistema.

EEUU logró ventajas enormes en el campo de la tecnología, pero al perder el predominio industrial no pudo detener que los países emergentes acortaran distancias también en ese campo. El Estado norteamericano siguió encarnando los interese de las transnacionales de la “Tercera Ola”, de Toffer, pero había dejado de identificarse con su burguesía industrial. Hoy en día, Obama se aferra a la industria armamentista, la que es apenas un paliativo a la crisis estructural. En 2011, EEUU exportó armas a Arabia Saudita por 33.400 millones de dólares. En ese mismo año, sus ventas globales de armas sumaron 85.300 millones de dólares.

Con la crisis generada por los petrodólares, EEUU dejó de sostener al dólar. Ahora es el dólar, cada vez más devaluado, el que sostiene a EEUU. Con ese dólar devaluado está obligado a lanzar nuevas emisiones monetarias, a importar casi todo de China, a pagar sus crecientes importaciones, así como a tratar de detener un dramático desempleo y la reducción de gastos sociales para una población cada vez más desesperada. A manera de síntesis, cabe señalar que el modelo especulativo de EEUU es el mayor triunfo de las políticas de libre cambio y desregulación financiera.

EL TRIUNFO DEL MERCADO

Con enorme lucidez, Gullo explica que la social democracia europea, que representa los intereses de las burguesías en el viejo continente, suscribió pactos históricos con la clase obrera, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, ante el temor de revoluciones socialistas, alentadas por la URSS. EEUU compartió esa preocupación, razón por la cual impulsó el Plan Marshall, que significó la reingeniería de los aparatos industriales dañados por la contienda bélica. Sin embargo, con la caída del muro de Berlin, en 1980, el peligro de revoluciones socialistas había pasado, de manera que las burguesías se rompieron sus acuerdos con los asalariados para someterse a las transnacionales financieras. El cambio fue de tal magnitud, que el poder financiero dejó de estar sometido al poder de los Estados. Ahora es el poder financiero el que somete a los Estados.

El descaro con el que la Banca maneja gobiernos y nombra ministros ha sobrepasado todo lo imaginable. El 10 de noviembre de 2011, Lucas Papademos fue designado primer ministro griego, luego de haber sido asesor de Goldman Sachs y activo participante en las falsificaciones de cuentas para que su país ingrese a la zona euro. En Italia, otro asesor de Goldman Sachs, Mario Monti, se posesionó como primer ministro en Italia. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, fue vicepresidente de Goldman Sachs Internacional para Europa. Luís de Guindos, también asesor del quebrado Lehman Brothers, es el Ministro de Economía de Rajoy en España.

El anterior análisis recibió un importante aporte del sociólogo norteamericano, James Petras, quien destaca el surgimiento de un nuevo colonialismo, que opera, inclusive, dentro de Europa, donde Grecia, España, Portugal e Islandia están siendo sometidos por banqueros de Alemania, Inglaterra y Francia. Bruselas, dice Petras, está extrayendo rentas extraordinarios como forma de cobrar deudas. Incluso ahora podemos ver esto en Chipre, donde el poder de los banqueros europeos está extrayendo millones y millones de euros, quebrando la economía, imponiendo condiciones que van a generar una depresión, para que los bancos sirvan como cinturón de transmisión de riquezas, primero desde los ahorristas y luego de los clientes.

El colonialismo está siendo fortalecido dentro de la misma Europa (Entrevista de Efraín Churo, Radio Montevideo, Uruguay, 25-03-13). El aporte de Petras hace ver que el papel de los Estados Nacionales, sobre todo en el viejo continente, no ha desaparecido, sino que coexiste en las principales potencias imperialistas con los poderes transnacionales, como ocurre, justamente en EEUU, Inglaterra y Francia.

LAS LECCIONES DE GULLO

No es posible reflejar en un breve comentario los inagotables aciertos del libro de Gullo, quien es, junto al también argentino, Miguel Angel Barrios (coordinador de un infaltables Diccionario de Seguridad y Geopolítica Latinoamericana), uno de los principales exponentes del pensamiento geopolítico latinoamericano. El mejor homenaje a su texto consistirá en difudirlo por todos los medios posibles en los países de nuestra América morena, a fin de ayudar a liberarnos de la subordinación ideológica que conlleva el libre comercio, que predican los centros de poder mundial.

Junio 30, 2013

Montenegro nos enseñó a ser bolivianos

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Carlos Montenegro, el ideólogo del MNR, nos enseñó a sentir el orgullo de ser bolivianos, a pesar de pertenecer, hasta ahora, a uno de los países más vilipendiados y denostados del mundo. Hace 70 años, la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) tuvo, tal vez, el mayor acierto de su prolongada vida institucional, al editar el libro central de nuestra Historia: “Nacionalismo y Coloniaje”, y hoy, siete décadas después, el actual directorio, presidido por Antonio Vargas, reedita el acierto. Montenegro nos dice que, pese a nuestras desventuras, tenemos un lugar en el mundo, en un planeta con alrededor de 300 naciones y Estados. Es decir, somos algo, aunque un punto casi insignificante en el universo. Tiene entre sus escasos precursores al historiador cruceño Humberto Vásquez Machicado y al polígrafo potosino Carlos Medinacelli.

En este contexto, ¿cómo no haber preferido nacer en otras latitudes, con notables tradiciones culturales, científicas y tecnológicas, que motivan la satisfacción de sus hijos? La afirmación tiene, sin embargo, otra lectura. No es lo mismo nacer en un país consolidado, donde lo más importante ya ha sido realizado, que en un país altamente vulnerable, en el que casi todo está por hacerse. En este caso, nacer y vivir en Bolivia es un cotidiano desafío, ya que no se sabe si mañana seguirá existiendo, razón por la cual el desafío cotidiano hace bullir nuestras células.

“Nacionalismo y Coloniaje” ubica con precisión a la corriente ideológica que repudia la existencia de Bolivia. La encabeza el positivista Alcides Arguedas, quien, en su “Pueblo Enfermo”, considera que el mestizo boliviano es la suma de defectos del indio y del blancoide, lo que es atribuible a determinismos geográficos y étnicos. Y si la gente no sirve, ¿puede un país tener destino alguno? Como se sabe, después del surgimiento de las primeras naciones industriales, estas se opusieron al nacimiento de otras nuevas, por considerarlas un obstáculo a su expansión económica, salvo por razones geopolíticas concretas que contribuyan a su mayor fortalecimiento. Esto ocurrió con América Latina en lo macro y con Bolivia en lo micro.

Pero el nacimiento de Bolivia no sólo contó con el rechazo de las potencias y sus consorcios, sino también con la irrefrenable anguria de las oligarquías vecinas, sobre todo de la chilena, cuyo mayor éxito en su agitada existencia, fue condenar a Bolivia, con el patrocinio del capital británico, a la condición de país enclaustrado, gracias a lo cual Santiago vende a Paz, desde autos chatarra hasta productos suntuarios e impide el ingreso de cualquier producto fabricado en suelo boliviano. Bajo su control han quedado los puertos del Pacífico Sur, por los que Bolivia debe exportar sus minerales, luego de someterse a incesantes abusos.

Pero la denigración de Bolivia se la hace también desde dentro del país Las mutuas descalificaciones entre indígenas, mestizos y blancoides nos conocen límites, las que dejan espacio para los epítetos con las que se ensañan las élites regionales, según los cuales los hombres del oriente son flojos, los del occidentes mugroso, los tarijeños lentos, los cochabambinos pendencieros y los chuquisaqueños locos, sin dejar de mencionar que los militares serían cobardes, los curas mujeriegos, los políticos ineficientes y casi todos los policías corruptos. Montenegro reconstruye esta trama social, recordando que en el territorio de Charcas se produjo, en 178l, el levantamiento indígena del altiplano paceño, que inició la debacle del predominio hispano en la audiencia de Charcas.

La insurrección aymara es, para Montenegro, el ineludible antecedente de la Revolución del 16 de julio de 1809, en la que aparece, como algo impensable el liderazgo del mestizo Pedro Domingo Murillo, alrededor de quien se construye una coalición de fuerzas sociales, que abarca a españoles identificados con la gesta libertaria hasta indígenas que buscan terminar con la humillación y el desprecio. A diferencia de los analistas del pasado, “Nacionalismo y Coloniaje” reivindica, al mismo tiempo, a todos los gritos libertarios de la región, sin olvidar el significativo aporte de los ejércitos del Río de la Plata, uno de cuyos comandantes, Manuel Belgrano, propició un histórico encuentro entre el Cacique Muiba de los guaranes hasta los guerrilleros Manuel Ascencio y Juan Azurduy de Padilla, que también buscaron edificar una nueva Patria, basada en ideales de justicia y libertad, en lugar de la República racista del 6 de agosto de 1825, postulada por los encomenderos que se beneficiaron con el sacrificio de los guerrilleros.

De este antecedente, Montenegro deduce que hay una línea de continuidad entre las gestas independentistas, en el afán de retomar el hilo de la historia iniciado con el repudio de la mita, los esfuerzos del Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana por construir la Confederación Perú-Boliviana, el carisma del general Manuel Isidoro Belzú que impulsó la participación del cholaje en la vida nacional, hasta el reconocimiento al pueblo profundo que, en tres guerras fratricidas, con países vecinos, logró preservar la heredad nacional, pese al despojo de la mitad de su territorio.

El 98 por ciento de excluidos de la Constituyente de 1825, impidió la consolidación del proyecto oligárquico. Pero el camino del avance social era imposible de ser alcanzado por la vía evolutiva, sino a través de incesantes convulsiones sociales. Por este motivo podríamos decir que Bolivia es un país sísmico en su quehacer histórico. Tal la razón por la que avanza con saltos, no desprovistos de retrocesos. Su mayor salto cualitativo fue la Revolución del 9 de abril de 1952, que, por fin, después de 127 años de “vida independiente”, incorporó a la legislación nacional el voto universal para todos los bolivianos. Con “Conciencia de Patria” (CONDEPA), encabeza por el comunicador Carlos Palenque y la mujer de pollera, Remedios Loza Alvarado, el cholaje pasó a ser parte activa e irreversible del quehacer nacional, a partir de 1988. Finalmente, por el triunfo en las urnas, en 2005, del indo mestizo Evo Morales se consolidó la participación indígena en la vida política del país.

La conmoción ocasionada por el triunfo de Evo generó un caso de previsibles consecuencias. Como no podía ser de otra manera, la inexperiencia de indígenas y pueblos originarios en el manejo de la gestión estatal sólo podía provocar, como lo hizo, enorme desorden administrativo, crisis en las instituciones y la instauración de un nuevo sistema judicial, que no acaba de consolidarse. A ello se añade que el presidente de raíz indígena tuvo que vencer la ingerencia de ONG, que habían ubicado a Bolivia como centro de sus utopías, a través del reconocimiento de 36 naciones indígenas, paridas en sus oficinas de Europa y EEUU. En forma previa, Evo y Álvaro derrotaron, con movilizaciones de pueblos originarios, un audaz proyecto de segregación del país, llevado a cabo por la separatista Nación Camba del oriente boliviano.

Poco a poco se va recobrando la conciencia de retomar el camino de la reconstrucción del Estado nacional, ya que sin este instrumento es imposible avanzar en la consolidación de la bolivianidad, lo que se conseguirá cuando todos sus ciudadanos se sientan parte de la misma Patria. Se va aceptando por todas las capas sociales que sin Estado nacional Bolivia seguirá siendo una hoja seca sacudida por los vientos, aún en una Sudamérica en la que se han dado tantos avances positivos en la integración bolivariana. Bolivia necesita de su Estado nacional para adoptar decisiones trascendentales en torno a problemas fundamentales como el cambio climático y los derechos de los pueblos indígenas, a fin de que estas decisiones no queden en manos de las ONG, el imperio y las oligarquías vecinas. Por todas estas razones, “Nacionalismo y Coloniaje continúa siendo la carta de navegación que los bolivianos debemos usar para encontrar nuestro destino.

Junio 14, 2012

La política exterior que puede detener a Chile

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Ramiro Prudencio Lizón, adalid de la nutrida diplomacia chilenófila de Bolivia, sostiene que “la política tradicional chilena (salvo excepciones), ha sido buscar una solución al problema marítimo boliviano” (“La Razón”, 06-06-12). Prudencio Lizón olvida que las propuestas más audaces para resolver el conflicto surgieron entre 1947 y 1950, cuando Chile ofreció entregarnos un corredor por el norte de Arica, lo que le sirvió para que el Canciller Alberto Ostria Gutiérrez, no reclamara por el desvío del río Lauca, como denunciara el ex Ministro Guillermo Bedregal, en tanto que el abrazo de Charaña, de 1975, tuvo lugar cuando nuestro vecino buscaba neutralizar la intención peruana de recuperar su territorio por la vía armada, al conmemorarse el centenario de la guerra del Pacífico, y enfrentar su grave conflicto con la Argentina por el canal del Beagle.

Con las mejores ofertas, el resto apenas sirvió para prolongar nuestro enclaustramiento, ya que el mejor negocio de Santiago consiste en tener de vecino a un país humillado e inerme, gracias al que desarrolla sus puertos de Iquique y Arica, vende la mayor cantidad de mercancías posibles, restringe al máximo nuestras ventas en su mercado interno y usa el territorio patrio como basurero para ganar más dinero, como ocurrió el año pasado con el contrabando legalizado de 120.000 autos en desuso, y sigue sucediendo ahora. El complejo de inferioridad que nos ocasionó el asalto al litoral, para el que se usó el pretexto de cobrar un miserable impuesto de diez centavos por la exportación de quintal de salitre, está vigente y no conviene al usurpador que la situación se modifique.

En tanto ese complejo esté presente se repetirán los fracasos diplomáticos o las ingenuidades, como la del Presidente Evo Morales, quien confesó públicamente que había sido engañado con falsas promesas por el Palacio de la Moneda durante sus primeros cinco años de gobierno. Poca diferencia existe entre la diplomacia de los oligarcas (con algunas excepciones), con la de las ONG, que aplica el régimen plurinacional. Recordemos que un conocido “pachamámico”, Raúl Prada Alcoreza, defensor del retorno al Tawantinsuyo, fue Viceministro de Planificación Estratégica del Estado. ¿Qué planificación estratégica podía llevar a cabo el viceministro? Un país descoyuntado por la búsqueda de un protectorado para Santa Cruz y por el reconocimiento constitucional a 36 inexistentes naciones indígenas, sólo puede continuar con retrocesos diplomáticos y políticos, como el sufrido en las Asambleas de la OEA, de 1979, y en la que acaba de terminar en Cochabamba.

La construcción de la inter subjetivad indo mestiza entre todos los habitantes y regiones ha sido aún más golpeada con el innegable triunfo de Xavier Albó, el sacerdote de origen Catalán, que logró suprimir la opción mestizo en el censo de 2001 y que anhela reeditarlo en el censo que se avecina. ¿Qué destino puede tener nuestra diplomacia si se predica que los originarios milenarios deben expulsar de estas tierras a los originarios contemporáneos, es decir a los que provienen del mestizaje con los españoles? Sin embargo, rescatar la conciencia nacional no es tarea imposible. Veamos algunas de las medidas susceptibles de cambiar las cosas:

Sabemos que los puertos del norte chileno son indispensables para nuestro comercio exterior. Sin embargo, debemos restringirlo al máximo posible a fin de llevarlo a cabo por puertos peruanos. Requerimos utilizar de manera plena las ventajas que nos concede el puerto de Ilo. Es conveniente disminuir el turismo a Arica y dificultar la compra de productos suntuarios o alimentos de los que podemos abastecernos, como leche, helados o yogur. El bilateralismo excluyente es el peor error de la diplomacia boliviana, al que se regresa una y otra vez. No es casual que el reportaje que me hizo, en agosto de 2011, el periodista Pablo Jofré, de la Revista Ercilla, de Santiago, hubiera sido vetado por exponer estos criterios, y por añadir que la demanda de solidaridad internacional para terminar con nuestro enclaustramiento debe asemejarse a la que impulsó el general Torrijos, para recuperar el Canal de Panamá, o a la que ahora realiza la Argentina para volver a las Malvinas.

En esa línea, en marzo de 1999, en interpelación al Canciller Javier Murillo de la Rocha, posicionamos el tema del Silala en el parlamento, donde abogamos por aprovechar internamente por lo menos el 50 % de los manantiales del cantón Quetena, a fin de instalar criaderos de truchas, empresas embotelladoras de agua potable o plantas hidroeléctricas (“El Diario”, 17-03-99). Sólo en los últimos meses, gracias al patriotismo del Presidente del Comité Cívico de Potosí, Celestino Condori, se han comenzado a dar pasos en esa dirección. Para tener eficacia, las medidas sugeridas deben ser ejecutadas de manera simultánea, lo que nos permitirá llegar a la mesa de negociaciones o presentar nuestras demandas internacionales en condiciones diferentes.

No se trata, sin embargo, de mantener posiciones obcecadas. Como Ministro de Hidrocarburos de Evo insinué a la Presidenta Bachelet la posibilidad de que comprara energía termo eléctrica desde nuestra frontera, en la idea, además, de llevar energía termoeléctrica a San Cristóbal y el Salar de Uyuni. No tendremos una verdadera política energética en tanto no instalemos grandes plantas separadoras de líquidos en nuestras fronteras con Brasil y Argentina. Esto es mucho más efectivo que la política de impedir que llegue a Chile alguna molécula de gas boliviano. El planteamiento de “Arica Trinacional” de Walter Guevara y Ricardo Anaya tiene total vigencia, el que es aceptado por Perú, en tanto que Chile, a cambio de compartir soberanía, lo que ya sucede en esa zona, donde Perú tiene un muelle y una terminal ferroviaria, se beneficiaría también de un polo económico trinacional, que sea ejemplo de fraternidad en el cono sur latinoamericano.

Las acertadas medidas contra el racismo del actual gobierno no son antagónicas con el rescate de la conciencia nacional. Requerimos recuperar la visión geopolítica de la Confederación Perú Boliviana impulsada por el Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana, en la perspectiva de consolidar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), e impulsar nuestro comercio exterior por la hidrovía Paraná – Paraguay. El pensamiento de Franz Tamayo, Carlos Montenegro y Sergio Almaraz, en la objetivo de rescatar nuestra autoestima, se halla en plena vigencia.

Mayo 21, 2011

La raza cósmica

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La Raza Cósmica es el mestizaje latinoamericano. Es la mayor contribución filosófica de América Latina (AL) a la humanidad desde su propia originalidad. Es la matriz de una nueva era civilizadora y esperanza de acabar con guerras fratricidas, razón por la que debería convertirse en el deber ser de los seres humanos. Es la raza síntesis o raza integral, hecha con el genio y la sangre de todos los pueblos.

Es fusión y puente de razas más sólido que todas las razas anteriores. José Vasconcelos, autor del libro “La Raza Cósmica” (1925), llevó a la práctica sus ideas al convocar, en su calidad de Ministro de Educación de México, al primer congreso mundial de estudiantes de 1921, al que asistieron también estudiantes chinos. En la oportunidad, se puntualizó que los latinoamericanos debemos ser tratados como iguales, pero exigiendo el mismo trato para todos los países y culturas. Con relación a los pueblos indígenas, se opinó que el patriotismo que no esté arraigado en Coauthemoc y Atahuallpa carecerá de sostén, pero, al mismo tiempo, es necesario relacionarlo con su fuente hispana. La visión de Raza Cósmica abarca lo económico, ya que las naciones deben disfrutar de sus propias riquezas.

“La Raza Cósmica” se publicó cuando estaban en boga las ideas del Conde de Gabineau, para quien la historia es la lucha entre razas superiores e inferiores. Gobineau, al igual que el también francés Gustavo Le Bon, afirma que peor que las razas inferiores es la mezcla racial, fomentada por la Iglesia Católica, dice, la que supuestamente provoca degeneraciones. Como es obvio, Gobineau es uno de los inspiradores del nazismo. Por tanto, la única esperanza del mundo está en el mestizaje de sangre y de culturas, por lo que debe lucharse contra la exclusión y el avasallamiento del capital financiero, especialmente anglosajón.

Vasconcelos fue parte de la “generación del 900” (precedida por el venezolano Simón Rodríguez y el cubano José Martí), junto al uruguayo José Enrique Rodó, al argentino Manuel Ugarte, al peruano Francisco García Calderón, al mexicano Carlos Pereyra y al venezolano Rufino Blanco Bombona, entre otros, para quienes AL no es un conjunto de naciones, sino una nación deshecha que debemos reconstruir. Así se transita de una visión nacionalista a una latinoamericanista, de las patrias chicas a la Patria Grande, de los Estados desunidos del Sur, a los Estados Unidos del Sur. La “generación del 900” incluyó a Brasil en la nación sudamericana. Por ello Ugarte insiste en que Ibero América pertenece a los iberoamericanos y Rodó anota que todo lo que nos divide es germen de males. Las ideas de Vasconcelos fueron ampliadas en años posteriores por el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, el chileno Felipe Herrera, el argentino Abelardo Ramos, el brasileño Helio Jaguaribe y el uruguayo Alberto Methol Ferré.

Muchos de los conceptos citados forman parte del libro “El Latino americanismo Educativo en la Perspectiva de la Integración Regional” del académico argentino Miguel Angel Barrios (Editorial Biblos, Buenos Aires, 2011), quien propone, dentro de la cosmovisión mestiza, que la educación sea la herramienta de la construcción del Estado continental sudamericano. El libro emerge, dice Barrios, en momentos que se ha iniciado la desoccidentalización del mundo, ya que, después de cinco siglos, la riqueza fluye de EEUU y Europa Occidental a potencias emergentes como Rusia, China, la India y Brasil (el BRIC). En consecuencia, es el momento de educar a fin de elegir correctamente entre el MERCOSUR y los Tratados de Libre Comercio que imponen las potencias y de soñar con la utopía del mestizaje global, previa consolidación de los Estados Continente del Siglo XXI, a fin de frustrar a los ideólogos del imperialismo, como Samuel Huntington, que exigen nuevas guerras entre civilizaciones, al igual que en Irak y Afganistán. En ese contexto, ¿cuál es la contribución de Bolivia a la Patria Grande luego del reconocimiento constitucional a 36 inexistentes naciones indígenas?

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